Los Reyes Magos de Oriente



Los ojos brillantes de los más pequeños y la diversión de los más mayores devueltos por unas horas a su infancia, son algunas de las principales consecuencias que provoca cada año la cabalgata de los Reyes Magos que se celebra por toda España en la tarde/noche del 5 de enero.
Para aquellos que no les conozcan déjenme presentarles a los tres personajes que indiscutiblemente serán las estrellas de la noche: Melchor tiene barba blanca y un caballo, Gaspar tiene barba marrón y un camello y por supuesto el preferido de los niños, Baltazar, el rey negro que viaja sobre un elefante y provoca las grandes cuestiones existenciales como por ejemplo: Mamá ¿y cómo hace el elefante para meterse en el ascensor y venir a casa? Euuuuuh… porque son magos!!

España tiene un clima relativamente clemente, al menos en el sur, de donde yo vengo: A pesar de ello la fiesta de los Reyes suele ser la época en la que todos nos ponemos guantes, gorros y bufandas para ir a esperar a la calle que pasen los carros de “sus majestades” y sus acompañantes: estrellas, hadas, pajes, animales fantásticos y otros muchos personajes fantásticos van abriéndose paso en la fría noche en medio de luces, lentejuelas mientras van lanzando caramelos, serpentinas y confetis que van aumentando poco a poco la excitación de nuestros queridos bambinos que estoicamente aguantan todo el pasaje hasta que llega “su” rey y pueden gritarle lo buenos que han sido y que no se olvide de tal o cual juguete pedido en la carta de rigor.

Al final de la cabalgata, exhaustos y muy a menudo, afónicos, los peques y sus padres se dan prisa de volver a casa para cenar, recontar los caramelos (antiguamente se llevaban la mitad a la iglesia más cercana para compartirlos con los niños internos huérfanos o los enfermos de los hospitales) y después deprisa y corriendo, todo el mundo se mete en la cama, porque si no … no vienen los Reyes!! No sin antes olvidar de acomodar ante la chimenea o en el balcón: 3 cuencos de agua para los animales y 3 copitas de anís dulce para los Reyes (hic!!! Son un poco borrachines de todos es conocido) y unas galletitas para que se puedan restaurar en esta noche de tanto trajín.

A la mañana siguiente tempranito los peques saltan de la cama para correr al salón y descubrir con alegría y una rapidez sorprendente todos los regalos que se encuentran bajo el árbol. Los que no se han portado bien reciben… carbón (en general se trata de un montoncito de azúcar pintado de negro) y los otros pueden pasar el día jugando con todas las novedades. El día 6 es festivo en toda España y la tradición impone degustar el “roscón de Reyes” una especie de corona de brioche rellena de nata (aunque ahora la hacen de todo tipo) y cubierta por frutas confitadas y perlas de azúcar. Para la(o)s más “mañosa(o)s” les dejo una receta simple y … buen provecho!


Receta del roscón de reyes (para 6-8 personas).


Necesitan:
1 kilo de harina,
250g de azúcar,
200g de mantequilla,
25g de levadura fresca (no deshidratada, se compra en la panaderia),
3 huevos pequeños,
½ litro de leche,
ralladura de limón o de naranja,
sal,
un poco de agua,
Frutas escarchadas/confitadas para adornar o si no les gusta lo pueden sustituir por almendras, avellanas y otros frutos secos. Huevo batido y pepitas de azúcar para decorar y para el relleno chantilly, crema pastelera o incluso algunos le ponen miel o mermelada… a su gusto!

Tamizar la harina y poner ¾ partes en una superficie dura como una mesa o un plan de trabajo, (sí es una receta que ensucia un poco y necesita fuerza y paciencia porque el secreto de la masa es que hay que ir amasando de forma continua). Añadir todos los ingredientes salvo la fruta para decorar y amasar con fuerza aplastando la masa sobre la superficie elegida. Al principio, no se asusten, se les quedarán las manos pegadas y habrá que ir añadiendo poco a poco el resto de la harina hasta que la masa se despegue con facilidad. Seguir amasando con fuerza hasta obtener una masa homogénea y lisa.


Después colocarla en un recipiente grande (la masa va a subir) y cubrir con un paño. Dejarla reposar al menos 3 horas en sitio templado para que suba la masa. Amasarla y formar el roscon en una bandeja para horno cubierta con papel de hornear o con mantequilla y harina para que no se pegue.

Precalentar el horno durante algunos minutos. Decorar la parte superior con huevo batido y los elementos que hayan escogido, el tradicional se hace con fruta confitada. OJO ¡! No se olviden de esconder el haba (el que la encuentra tiene que pagar el aperitivo) y la sorpresa (el que la encuentra es el rey).

Meter al horno a 170/180º grados durantes 30 a 40 minutos y vigilarlo para que se caramelice sin quemarse, en caso de que vean que la masa aún no está cocida, cubrir las frutas con un aluminio para que no se quemen.

Si lo quieren relleno, al salir del horno cortarlo en dos por la mitad y añadir la crema o lo que quieran dentro. Si lo quieren seco añadir el azúcar en pepitas al salir del horno para que se fundan sobre las frutas con el calorcito y … sólo queda comer!

Si no se quieren lanzar con toda la preparación pero quieren una alternativa a la típica "galette des rois a la frangipane" francesa, ahora en Paris he encontrado una panadería que hace los roscones al estilo español. Se trata de la Patisserie de l'Eglise, saliendo del metro Jourdain (linea 11), en el 20.

Por: Cris!... Gracias Cris!!

2 commentaires:

  1. He visto en varias panaderias en Paris una rosca similar a la de la receta, pero se llama "Galette Bordelaise"

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  2. si, y creo que es porque en el sur de Francia tambien se usa este tipo de rosca. Bueno, al menos empieza a haber variedad!

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